Mística

Dómine Dóminus noster, ¡quan admirábile est nomen tuum in univérsa terra!

(Señor, Dios nuestro, ¡cuán glorioso es tu nombre en toda la tierra!)

Una buena amiga, conocedora de mis gustos por el sufismo, me ha dejado un libro de poemas de Yalal ad-Din Muhammad Balji ( Rumi, ), (1207-1273).

He leído algunos y me ha podido la tentación. No he podido evitarlo.
Rumi o San Juan de la Cruz. Cualquiera de los dos, ambos son maravillosos.
Y como para muestra solo es necesario un botón aquí dejo cuatro poemitas, dos y dos y juzguen ustedes.

Creo que no es necesario aclarar la frase introductoria.

Yalal ad-Din Muhammad Balji ( Rumi, )

Sin tan siquiera mirar
Lo veo todo en mi interior.
¿Para qué he de usar mi vista
Si puedo ver el mundo entero
Con los ojos del amor?

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Un día nuestras almas serán una
Y nuestra unión será eterna.
Sé que todo lo que te doy
Vuelve a mí.
Así que te doy mi vida
Seguro de que tú
Vendrás a mí.

San Juan de la Cruz

¿Porqué pues, has llagado
A queste corazón, no le sanaste?
Y pues me le has robado,
¿por qué así lo dejaste,
Y no tomas el robo que robaste?

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Apaga mis enojos,

pues ninguno basta a deshacellos,
y veánte mis ojos,
pues eres lumbre de ellos,
y sólo para ti quiero tenellos.

La última Lección

No se preocupen ustedes, es solamente un título. Ni yo soy profesor, ni intento sentar cátedra.
Pero, algunos recordarán estos textos y dibujos de su tierna niñez, de cuando la realidad era como la Tv, en blanco y negro. Los más jóvenes y jóvenas se reirán, no abiertamente, pero se reirán, y pensarán, ¡pero que viejos son!, nosotros pensaremos eso de ¡pero hemos llegado!
El título viene a colación porque era la última lección de la enciclopedia, al menos de esta, de la FARO, editada en Plasencia. Otro día comentaremos de la Dalmau y de algún que otro texto de la época. Hoy no haremos comentarios, sólo esta breve introducción, las opiniones se las dejo a ustedes. Espero que se vean bien clarito los textos, me costó subirlo por eso de la resolución.