¡Cómo está el patio!
Siendo sincero conmigo mismo he de confesar que me gusta. Me cabrea pero me gusta.
Era necesario, muy necesario, más en unos sitios que en otros pero hacía falta. Algunos no estarán de acuerdo, sobre todos aquellos que se han visto afectados y los forofos no pensantes pero de todo hay en la viña del señor.
Lo del cabreo, enfado o molestia viene porque ahora resulta que todos somos los más reformadores y no es por nada, pero algunos llevamos bastante tiempo denunciando y pidiendo esas reformas y estos que ahora protestan y piden estaban como quien oye llover, vamos que ni caso.
Ahora resulta que revuelven el gallinero los que decían aquello de “quien se mueva no sale en la foto”. La disciplina, las maneras y formas se ven en los momentos duros.
Ahora resulta que piden dimisiones los que no dimitían ni a empujones.
Ahora resulta que piden reformas electorales los que se pusieron de acuerdo con el PP para no hacerlo.
Ahora resulta que todos querían hacer políticas “socialistas” pero no abrieron la boca.
Ahora resulta que piden políticas menos presidencialistas los que más aplaudían.
La “cosa está mu malita” pero que nadie se llame a engaño, las aguas volverán a su cauce. Algunos, los de siempre, pediremos más democracia, más participación, más limitaciones de todo tipo, más militancia pura y dura e intentaremos frenar a los “malos”
El cómo debería ser, es bien sencillo, los que fueron, fueron y ya pasó su tiempo. Los que nos trajeron aquí, pues como que mejor se queden allí. Ahora es el tiempo de los que siempre estuvieron en las trincheras, los que siempre dieron el paso atrás.
Más de uno dirá que esto es un “quita tu, para ponerme yo” y tendrán razón, lo es, porque para hacerlo tan mal como lo han hecho valgo hasta yo.
Bueno, las cosas son como son y ahora toca meneo.