Las contradicciones de la investidura
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He vuelto a escuchar íntegramente el discurso de Pablo Iglesias
en el debate de investidura. Un discurso de 25 minutos de los que han
sobrado prácticamente los primeros 12. Es de recibo reconocer el dominio
del discurso que tiene el amigo, pero ¿De qué sirve ese dominio si no
se dice nada? Doce minutos de pura palabrería y demagogia barata. ¿De
qué sirve recordarle al PP sus orígenes franquistas?
¿Acaso alguien lo ignora? Cierto es que a ellos, los del PP, no les
gusta nada pero se reafirman en ello día sí, día tan bien, cuando
acusan de revanchismo a todo el que quiere aplicar la Ley de Memoria Histórica.
¿A cuento de qué sacar los trapos sucios del PSOE, trapos por los que
ya purgó su culpa? ¿A cuento de qué tanto insulto? ¿Y la prepotencia
intelectual? ¿Acaso sólo él es leído e instruido? ¿Y los consejos?
¡Consejos vendo que para mí no tengo! Sus palabras más repetidas: Poderosos y Oligarquía, ¡como si ellos fuesen jornaleros!
También habría que recordarle al Señor Iglesias que sí, que Podemos
nació del 15 M pero que ellos no son el 15 M. Allí estaban / estábamos
muchas otras personas, muchas otras ideologías muchas otras tendencias
además del germen de su organización.
No es hasta el minuto 12’45 cuando comienza a hablar de política y
bueno, queda patente que no le gusta nada de nada el acuerdo con C’s,
acusando además a éstos últimos de imponer a Sánchez la prohibición de
pactar con Podemos.
¿Acaso no imponía él mismo lo contrario? ¿No imponía él no pactar
con Rivera? Su discurso en esos momentos era claramente un conmigo o
contra mí.
La diferencia entre unos y otros es que en tanto Rivera exigía
pocas contra prestaciones, Iglesias ya tenía diseñado a su medida el
Consejo de Ministros.
En cuanto a su diserto sobre Seguridad, sobre los Refugiados, sobre
las concertinas, la Auditoría a las “Cuentas de la Eléctricas”, reforma
fiscal, etcétera, reconozco que estoy bastante de acuerdo con sus
planteamientos iniciales y que es más que necesario una profunda
revisión de todo ello.
Me gustaría terminar recordando al Señor Iglesias una de sus
frases, “Ser tratados de Igual a Igual”. Pues sí amigo Pablo, de Igual a
Igual y para ello hay que sentarse a hablar pero sin pretensiones, sin
imposiciones y siempre teniendo en cuenta que este sistema imperfecto
que nos hemos dado, ha establecido que Sánchez tiene más Diputados que
Usted, no pretenda cambiar eso en tanto no se cambie la Ley Electoral.
Y por cierto ¿Cuando usted busca ligar con una buena moza o buen
mozo (me es indiferente) empieza Usted insultándola y resaltando sus
defectos? Pues lo mismo para lograr un pacto político. Y recuerde el
dicho de que siempre es mejor un mal acuerdo que un buen pleito.