En estos primeros años del S.XXI y en la Europa “rica” nos encontramos en dificultades para definir el Socialismo. Las definiciones clásicas, aquellas de luchas de clases, de control de los sistemas de producción, de economía planificada y dominio del proletariado las vemos lejanas y ajenas a nuestra realidad social. En tanto que en las definiciones clásicas la libertad individual quedaba en muchas ocasiones supeditada a la colectiva, en nuestra sociedad actual no tiene cabida ese concepto, paradójicamente vivimos la época histórica de mayor control individual y social imaginable pero también vivimos el período de mayor libertad individual de la historia. Encontrar una definición de Socialismo es complejo, sobre todo desde que los movimientos socialistas renunciaron al marxismo. Podríamos intentar una aproximación algo así como:
“sistema político que desde un libre mercado regulado, humanizado y basado en un Estado democrático social y de derecho, con potentes Empresas Estatales que ayudan al mantenimiento y sostenimiento del mismo, basa sus principios fundamentales en la educación, formación, promoción, asistencia y ayuda a sus ciudadanos para que éstos alcancen el mayor nivel y calidad de vida posible.”
En la moderna sociedad del capitalismo despiadado, los Estados son meras máquinas generadoras de beneficios. Ahí es donde radica el mayor de los problemas actuales en la desmembración del Estado. Un Estado fuerte no interesa al Capital, no le es rentable. Un Estado fuerte, con una tributación real y adecuada a los ingresos de cada ciudadano y Empresa, con un potente sistema fiscal que asegure la correcta redistribución de las rentas, un Estado con fuertes y rentables empresas estatales es la garantía de que se prestarían los servicios adecuados a cada ciudadano.
Pero el Socialismo Español se plegó, ¡y de qué manera!, a las exigencias del mercado, desreguló, participó más que activamente en eso que llaman “la teoría de las puertas giratorias”, esa que explica la intima relación entre las grandes Empresas, la Multinacionales y Corporaciones con algunos ministerios, como el hoy ministro fue ayer Consejero o lo será mañana (de Guindos, Salgado…) en nombre de la sacrosanta (para el Estado, que no para las Empresas) competitividad vendió empresas rentables y se quedó con las ruinosas ¿? –Nunca lo entenderé- Con la Crisis abandonan a sus ciudadanos y rescatan bancos…es decir, convierten en Pública una deuda Privada, ponen en marcha medidas que económicamente alteran y afectan directamente a los trabajadores en beneficio de las Empresas, elevan a rango constitucional el pago de la deuda frente a la atención a sus ciudadanos… ¿Y después nos preguntamos por qué perdimos las elecciones?