PENSAMIENTOS...LOCURAS

viernes, 18 de febrero de 2011

Llamazares, poeta

Hoy en el Aula de poesía nos ha leído sus poemas el periodista y escritor Julio Llamazares, como él mismo nos ha aclarado, no tiene nada que ver con Llamazares el político aunque alguna vez le han confundido e incluso en prensa ha salido su foto por la del político, las cosas que suceden. Este Llamazares nació en el desaparecido pueblo de Vegamián, León, poco antes de que quedase bajo las aguas del embalse del Porma. Como poeta solamente tiene dos libros “La lentitud de los bueyes” 1979 y “Memoria de la nieve” 1982. Se le nota su faceta periodística, sabe transmitir, sabe entretener a la asistencia y al menos reírnos, nos hemos reído.

Poema 4.-
Yo vengo de una raza de pastores que perdió su libertad
cuando perdió sus ganados y sus pastos.

Durante mucho tiempo mis antepasados cuidaron sus
rebaños en la región donde se espesan el silencio y la retama.

Y no tuvieron otro dios que su existencia ni otra memoria
que el olvido.

Caliente está la piedra donde bebían la sangre de
sus vides al caer de la tarde. Pero qué lejos todo si
recuerdo.

Qué lejos de mí la región de las fuentes del tiempo, el
lugar donde el hombre nace y se acaba a sí mismo como
una flor de agua.

Ellos no conocían la intensidad del fuego ni el desamor
de los árboles sin savia.

Los graneros de su pobreza eran inmensos. La lentitud
estaba en la raíz de su corazón.

Y en su sosiego acumularon monedas verdes de esperanza
para nosotros.

Pero el momento llegó de volver a la nada cuando los
bueyes más mansos emprendieron la huída y una cosecha
de soledad y hierba reventó sus redes.

Ahora apacientan ganados de viento en la región del
olvido y algo muy hondo nos separa de ellos.

Algo tan hondo y desolado como una zanja abierta en
la mitad del corazón.



9

De nuevo llega el mes de las avellanas y
el silencio.

Otra vez se alargan las sombras de las torres
la plenitud azul del huerto familiar.

Y en la noche se escucha el grito desolado
de las frutas silvestres.

Sé muy bien que éste es el mes de
la desesperanza.

Sé muy bien que, tras los mimbres lánguidos
del río, acecha un animal de nieve.

Pero era en este mes cuando buscábamos orégano
y genciana, flores moradas para aliviar
las piernas abrasadas de las madres.

Y recibo el recuerdo como una lenta lluvia
de avellanas y silencio.

Al final de la lectura he sido testigo de algo realmente alucinante, estrafalario, incluso diría onírico uno de los asistentes ha pedido la palabra, se ha referido a algún artículo del conferenciante y ha leído un breve fragmento. Sonaba raro, sonaba formal, jurídico y era efectivamente la lectura de una Sentencia en la que se condenaba a uno de los presentes en la mesa…al parecer éste había mandado a modo de broma unos mensajes de móvil subidos de tono y la broma se les fue de las manos. El interviniente aclaró que él denunció al otro señor y que la “broma” le había costado, por celos, su matrimonio y que ganó el pleito…y que aunque las sentencias son públicas, no son conocidas y él le había jurado al denunciado que se lo diría a la cara públicamente y así lo hizo.
Fue un momento realmente alucinante, allí ante unas 100 personas un señor que afea a otro su conducta… cosas de la vida… al poeta lo confunden con el político y al otro pobre lo confundieron los celos… no sé si fundados, es decir, cuernos o sólo celos, una tontería que te puede joder la vida.

miércoles, 16 de febrero de 2011

¿Donde están las musas...que no las encuentro?

Como estamos inspirados pero se me escapa la musa tiraremos de memoria.
Espero que os gusten estas cancioncillas de Atahualpa Yupanqui, que a la velocidad que va
la cosa me temo que son de rabiosa actualidad.


El Poeta
Tú crees que eres distinto,
porque te dicen poeta,
y tienes un mundo aparte,
más allá de las estrellas.
De tanto mirar la luna,
ya nada sabes mirar.
Eres como un pobre ciego,
que no sabe a dónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan,
por un pedazo de pan.
Poeta de ciertas rimas:
vete a vivir a la selva,
y aprenderás muchas cosas,
del hachero y sus miserias.
Vive junto con el pueblo;
no lo mires desde afuera,
que lo primero es el hombre,
y lo segundo, poeta.
De tanto mirar la luna,
ya nada sabes mirar.
Eres como un pobre ciego,
que no sabe a dónde va.
Vete a mirar los mineros,
los hombres en el trigal,
y cántale a los que luchan,
por un pedazo de pan
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La Copla
Pescador de mar adentro
Mi amigo siempre cantaba.
Un día volvió su copla
Con el adiós de la barca.
Vi correr sangre minera
Por un pan endurecido.
junto á la mano crispada la luna se volvió trigo.
No me dé penas la vida,
Me sobra con la que tengo.
Como el quebracho del monte
Sobre el hachazo florezco.
Trabaja el indio en la piedra
Su socavón de silencio,
Y á su sombra se cobija
Mi corazón cancionero.
Lo siento gemir al viento
Cruzando montes de espinas.
Salgo al camino y le grito
Para servirle de guía.
Allá por el cielo arriba
Va la luna lastimada,
Como una copla perdida
Que ya no tiene guitarra.
Trabaja el indio en la piedra
Su socavón de silencio.
Y á su sombra se cobija
Mi corazón cancionero