PENSAMIENTOS...LOCURAS

miércoles, 8 de junio de 2016

Escapadas Lejanas.


¡Como se nota que hace tiempo que no pasaba por esta casa!, la tengo un poco abandonada, como a vosotros ¡hasta telas de araña me he encontrado por los rincones!
Bueno,  vamos a retomar una vieja costumbre, aquella de las “Escapadas Cercanas, Escapadas lejanas.”


Esta vez toca una escapada más que lejana. Esta vez quiero llevaros a Escocia, a Edimburgo.

 (Catedral de St Giles)



El pasado 20 de mayo un grupo de “estudiantes de inglés “para inútiles, que es como bauticé el curso y como colofón a nuestro año de aprendizaje, algo hemos aprendido, nos hemos dado un baño de inmersión lingüística a lo bestia y nos hemos plantado en el Reino del Unicornio.  

 Ha sido un viaje duro. Por la mañana trabajando, por la tarde preparando las últimas cosas. Por operatividad decidimos que todos llevaríamos equipaje de cabina y nos evitábamos tener que facturar, así que llevas lo justo. A la una en punto de la madrugada del viernes nos montamos en el autobús destino Madrid- Barajas. Cinco horas de autobús, dos de aeropuerto tres de vuelo, a las 11,  hora local, estábamos tomando tierra en Escocia.
  Los conocéis la lengua de “Chespir” sabéis de la peculiar dicción de los Scots, por eso lo de la inmersión lingüística a lo bestia… Reconozco que me han gustado. 
Son ruidosos, el levantamiento vídrico en barra fija lo hacen bien, son simpáticos y amables, difíciles  de entender para los novatos pero poniéndole ganas, sin problemas. 

Yo he podido tomar el mundialmente famoso  fish & chips, vamos,  bacalao rebozado frito,  patatas fritas a gallo y unos guisantes cocidos.  He probado su famoso haggis (no es por meterme con ellos pero el haggis no es más que una Chanfaina mal hecha) Me he ido a tomar café mientras la jefa iba de compras,  nos hemos tomado nuestras buenas pintas de una riquísima cerveza y algún güisquito  y nada, ¡Quién dijo miedo!  Todo es ponerse a ello.  
Nos han contado mil y una historias, de vivos, de muertos, de suicidas y de borrachos que, de una u otra forma, hacen que conformemos una idea de cómo es este pueblo.     Uno de los aspectos que más me ha llamado la atención es la gran cantidad de grandes hombres de una u otra rama de las ciencias o las letras que son escoceses , Robert L. Stevenson, Graham Bell,  A. Fleming,   A. Conan Doyle,  Hume,  A. Smith… 





y “las faldas”,  el  kilt.  Los vemos en las películas, en los documentales y no nos extrañamos pero cuando llegas  y ves que no es algo anecdótico, que no sólo es folklore, la cosa cambia. He visto varias bodas y celebraciones  y veía a los señores con su kilt y su chaqueta corta de gala, con su puñal en la media y algunos con su emblema de clan.  


 Bueno allá vamos. Antes de nada hay que ir en primavera o verano primero por la temperatura y después por la luz. Digo esto porque Escocia está más menos, a la misma altura que Suecia/Noruega  y en invierno,  pues ya sabéis, un puñadito de horas pero en primavera / verano… a las 22’30 hora local aún había luz y en verano, me dicen que casi casi no se va del todo.   También es conveniente ver las predicciones meteorológicas …porque he de reconocer que me he mojado por dentro pero más por fuera pero con un buen impermeable, solucionado. Temperatura…máxima 12 / 14 grados pero como no paras de andar…





















Aún mantiene en su interior un destacamento militar, la foto de la izquierda es un memorial a los escoceses caídos en combate.

 
 

 Una claymore, (mandoble)  la espada que los antiguos escoceses llevaban a la espalda y el monumento a william Wallace muy cerquita de Stirling, la antigua capital de Escocia y donde Wallace vence a los Ingleses, por cierto la batalla de la peli no tiene nada que ver con la real.

Robert the Bruce, Roberto I de Escocia

 

La Iglesia de la Holy Rude                                                 


  
 


Volvemos de nuevo a Edimburgo ahora a Calton Hill por lo que tendremos que cruzar el puente maldito...
 
Hay una curiosa historia sobre éste puente y sus orígenes pero nos vamos a venir más a nosotros. De todos es conocido que la falta de luz es bastante mala y que una de sus consecuencias son las depresiones y claro de ahí al suicidio...y este puente es alto, vamos, que tiene un porrazo. Pues ante 2 o 3 suicidios el Ayuntamiento toma cartas en el asunto y pone unas redes de seguridad en el puente. ¿Os parece lógico y razonable? Claro que sí. Pero ahora no hay redes y no hay redes porque nuestros amigos una vez que les cerraban el pub y bastante cargaditos de los licores que nos proporcina la cebada  (whisky y Cerveza)
¿Donde se iban a divertir? Ahí, justito ahí, se tiraban a la red y a esperar balanceandose a que llegasen los bomberos a bajarlos...



 Observatorio...


 


 En Calton Hill hay tres monumentos muy curiosos. Uno es el observatorio astronómico....Sí, en una ciudad del Norte, donde cuando no llueve, truena, donde las brumas marinas son continuas...Es de finales del XIX y lógicamente está sin estrenar. Otro monumento curioso es esa torre con mastelero que es visible desde el puerto y que en tiempos a la una en punto subía por ese mastelero una bola para indicar que eran las 13'00horas con lo cual los barcos amarrados podrían poner en hora sus relojes, pero estamos en las mismas...que si las brumas, que si la lluvia...vamos que terminaron disparando un cañonazo desde el castillo...aún lo hacen pero el pun es tan pequeñito (protestaron los vecinos) que yo estaba en el interior del castillo y ni me enteré del disparo. El tercer monumento es esa réplica inconclusa del Partenon... cuentan que un rico prohombre de la ciudad dijo que "si nos llaman la Atenas del Norte debemos tener nuestro Partenón y puso los dineros y manos a la obra...al parecer cada vez que terminaban una columna había fiesta y juerga en condiciones, pero los dineros se terminaron antes que la obra y ahí está Imponente, Magnífico, Inacabado.
¿Os gustó el viaje?

Aquí os dejo un enlace a un Edimburgo diferente, os gustará. El puente del que hablan  es muy curioso pues en uno de los pub que hay allí tienen hasta un cine aprovechando uno de los arcos.