No es cine al uso, es una historia de amor. No es una película de romances, es ese otro amor.
Amor a la vida y a la muerte, la muerte como nacimiento a un algo desconocido, la muerte contemplada como una etapa más en un viaje eterno, sin principio ni fin.
Dos frases pueden definir la “historia”:
“No llores por mi muerte, no llores en mi noche nupcial, voy a reunirme con la eternidad”
“Es una niña, pero su alma es vieja”.

¡Y la música!, que maravilla de música, ritmos básicos, armonía… No sé como definirla.
La película se llama Bab’Aziz, “El sabio Sufí”, generalmente conocemos poco de el Islam y menos aún sobre el sufismo, del sufismo se ha dicho que es la base de la mística o misticismo español, podríamos decir que es el misticismo islámico.
Como toda película cuenta una historia, pero en este caso es un poso más complejo. El sufismo basa mucho su explicación, su transmisión, su filosofía, en cuentos. Historias circulares y ondulares, como cuando arrojamos una piedra al agua. Las historias, los cuentos, no tienen un principio definido y el final tampoco lo está, puesto que acaba en una pregunta al oyente, en una duda a resolver o en una moraleja, al tiempo que el cuento encierra otras muchas historias, cada una con su enseñanza, cada una distinta, todas convergentes.

Casi todo el mundo sabe, o al menos tiene cierta noción de los derviches, los habrá visto quizás dando vueltas incansables (giróvagos) hasta llegar al trance. Despojados de su halo folclórico, tenemos a un sufí, una de las variantes al menos. Los Sufíes bailan y cantan, hermosa manera de interpretar la religión. En Bab’Aziz, los vemos cantar, los vemos bailar y nos cuentan sus historias maravillosas y como suele suceder con estas historias el final es el principio y el principio es otra historia que nos llevará girando, siempre girando, como los astros del cielo a otro cuento, a otra enseñanza, qué quién es Sufí, eso solo lo sabrá el interesado en su momento, ni antes ni después, tal vez, él no lo sepa, pero llegado el momento lo sabrá, el Sufismo, como otras muchas corrientes religioso-filosóficas, parte de la negación de uno mismo, la negación del yo, pues somos parte de un todo. La oración y el silencio, la meditación, son sus bases.
Si te gusta el cine de acción, aquí no lo vas a encontrar, la película tiene su propio ritmo, es el ritmo de una busca. La ficha técnica la califica de drama. Bueno, algunos no saben distinguir su mano derecha de la izquierda. A mi me ha gustado y la aconsejo, otros habrá que no, pero insisto, escuchadla, miradla, ved esos paisajes del desierto y prestad atención a sus cuentos, tal vez, nace otro sufí.
Si te gusta el cine de acción, aquí no lo vas a encontrar, la película tiene su propio ritmo, es el ritmo de una busca. La ficha técnica la califica de drama. Bueno, algunos no saben distinguir su mano derecha de la izquierda. A mi me ha gustado y la aconsejo, otros habrá que no, pero insisto, escuchadla, miradla, ved esos paisajes del desierto y prestad atención a sus cuentos, tal vez, nace otro sufí.

Tomado de la Wikipedia:
“El famoso sufí argelino Mustafa al-'Alawi ha dicho sobre el tema: «El tawhid (la realización de la Unicidad Divina, o el objetivo último del sufismo), no es lo que está escrito en las hojas de papel o lo que pronuncian los charlatanes. El tawhid son las huellas que dejan en los amantes y lo que brilla de su luz en los horizontes»; o también «El sufismo no es algo que se pueda expresar con palabras, sino una certidumbre absoluta y realización. Cuanto ignorante se regocija en su ignorancia y cuanto conocedor sufre por su conocimiento».
Título V.O.: BabAziz
Año de producción: 2005
Distribuidora: Karma Films
Género: Drama
Clasificación: Pendiente por calificar
Estreno: 7 de marzo de 2008
Director: Nacer Khemir Guión: Tonino Guerra, Nacer Khemir
Música: Armand Amar
Fotografía: Mahmoud Kalari
Intérpretes: Golshifteh Farahani (Nour), Parviz Shahinkhou (BabAziz), Maryam Hamid (Ishtar), Nessim Khaloul (Zaid), Mohamed Graïaa (Osman), Soren Mehrabiar (Dervish)