¿Tenéis hijos adolescentes? ¿Sabéis como tratar con ellos/ellas?
Mi mujer me riñe, me dice ¿no recuerdas tu adolescencia?
Bien, algo recuerdo, pero creo que nosotros no estábamos tan “así” como están estos.
Los tiempos, la sociedad, los valores eran otros y no sé, quizás no estábamos tan mediatizados por la publicidad y por la forma de vida.
Forma de vida buscada y aceptada por todos, pero en el camino hemos dejado demasiadas cosas, demasiados principios y valores, y ahora, cuando vemos a nuestros vástagos penar y luchar y sufrir con ella, nos rebelamos. ¿Un poco tarde, no?
Hemos configurado una sociedad que es una trampa para nuestros hijos y para nosotros.
Hemos conformado un sistema social inconsecuente, insustancial y básicamente, generador de frustraciones. Y nuestros hijos e hijas son los que más fácilmente caen en las trampas del sistema. Una o un adolescente que ve como “triunfa” cualquier pelagatos en televisión y va de programa en programa, si no acaba fijo en uno, que ve los cuerpos perfectos de la programación, con su sonrisa brillante y su “estilo” a la última, con ropa de marca y mirada brillante porque usa unas gotas que evitan el enrojecimiento de los ojos, que comentan como si tal cosa que en la fiesta “superway” del “finde” hubo mucho “dancing” y más ” Coca” y al que bombardean con anuncios de dietas lith, de corporaciones capilares y estéticas y a los que constantemente insinúan que el Rock está en este u otro vehículo y que es feliz y lo consigue todo porque tiene tal móvil, ¿Qué van a querer?
El qué quieren, no lo saben ni ellos, el que sacamos, está más que claro, terapeutas, psicólogos, psiquiatras y muchas veces el tortazo a destiempo que acaba por estropear lo poquito que queda.
Va siendo hora que empecemos a cambiar las cosas, va siendo hora que pongamos coto a tanto desvarío, va siendo hora de recuperar valores que a muchos les parecerán carcas y trasnochados, pero que son a la postre los que hicieron de nosotros lo que somos y su falta, por dejadez por negligencia, por un mal entendido concepto de libertad nos ha llevado a esta situación. ¿Conocemos a nuestros hijos? Todos dirán que sí pero después veremos en televisión las atrocidades que cometen y nos preguntaremos ¿el mío hará eso? Y no sabremos la respuesta.
Mi mujer me riñe, me dice ¿no recuerdas tu adolescencia?
Bien, algo recuerdo, pero creo que nosotros no estábamos tan “así” como están estos.
Los tiempos, la sociedad, los valores eran otros y no sé, quizás no estábamos tan mediatizados por la publicidad y por la forma de vida.
Forma de vida buscada y aceptada por todos, pero en el camino hemos dejado demasiadas cosas, demasiados principios y valores, y ahora, cuando vemos a nuestros vástagos penar y luchar y sufrir con ella, nos rebelamos. ¿Un poco tarde, no?
Hemos configurado una sociedad que es una trampa para nuestros hijos y para nosotros.
Hemos conformado un sistema social inconsecuente, insustancial y básicamente, generador de frustraciones. Y nuestros hijos e hijas son los que más fácilmente caen en las trampas del sistema. Una o un adolescente que ve como “triunfa” cualquier pelagatos en televisión y va de programa en programa, si no acaba fijo en uno, que ve los cuerpos perfectos de la programación, con su sonrisa brillante y su “estilo” a la última, con ropa de marca y mirada brillante porque usa unas gotas que evitan el enrojecimiento de los ojos, que comentan como si tal cosa que en la fiesta “superway” del “finde” hubo mucho “dancing” y más ” Coca” y al que bombardean con anuncios de dietas lith, de corporaciones capilares y estéticas y a los que constantemente insinúan que el Rock está en este u otro vehículo y que es feliz y lo consigue todo porque tiene tal móvil, ¿Qué van a querer?
El qué quieren, no lo saben ni ellos, el que sacamos, está más que claro, terapeutas, psicólogos, psiquiatras y muchas veces el tortazo a destiempo que acaba por estropear lo poquito que queda.
Va siendo hora que empecemos a cambiar las cosas, va siendo hora que pongamos coto a tanto desvarío, va siendo hora de recuperar valores que a muchos les parecerán carcas y trasnochados, pero que son a la postre los que hicieron de nosotros lo que somos y su falta, por dejadez por negligencia, por un mal entendido concepto de libertad nos ha llevado a esta situación. ¿Conocemos a nuestros hijos? Todos dirán que sí pero después veremos en televisión las atrocidades que cometen y nos preguntaremos ¿el mío hará eso? Y no sabremos la respuesta.
7 comentarios:
Reconozco que yo no conozco a mi hijo. Conozco al niño que era antes, ahora no sé por donde andan sus neuronas. Tenemos mucha información de por donde andan sus hormonas, pero ¿las neuronas?
Menos mal que cada vez ven menos televisión (al menos los mios) pero por que sale de ellos que a mi no me hacen mucho caso.
Para organizar el calendario de estudios hasta que finalicen los examenes, casi que tengo que mandarles un correo electrónico para citarles en el zaguan.
Cuando ya estabamos todos, apagué la tele y me dispuse a hablar (el primero que se asustó fue mi santo)
Y todo esto sólo para organizar un par de semanas de estudio.
Que complicado es todo esto Malo, que paren el carro que yo me quiero bajar
Y Yo también, que ya no sé por donde tirar
Vaya. Parece que hemos coincidido en el tema. Uno de los más graves problemas de hoy, que no se quiere reconocer.
Saludos.
Me estáis asustando... la mía tiene sólo 7 meses pero a este paso nos vamos a vivir al pueblo...
En el fondo amigos el problema es muy sencillo, vienen sin libro de instrucciones y tenemos que aprender con ellos y de ellos. Y no hay dos iguales.
Siempre he sido muy firme con mi hijo (el blandito es el papá) pero sin ser hosca ni distante; creo que en la crianza está la clave, preocuparnos desde el inicio por marcarles un derrotero correcto e inculcarles valores como el respeto y la honestidad.
He sido muy afortunada, tengo un hijo maravilloso del cual me siento muy orgullosa.
Besos borrascosos
Malo no seas tan lindo que ya los besos no me van a alcanzar para comerte!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
Cuida a ese crío que esta borrasca es muy mala influencia jajajajaja
Besos castos
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