VERGÜENZA

En el programa de CQC del día 1 de diciembre, sentí vergüenza ajena.
Vergüenza ajena de nuestros políticos. Como siempre hacen los hombres de negro, se fueron a las puertas del Congreso y pillaron a unos cuantos, PSOE, PP, Convergencia… Les hicieron dos preguntas, a saber, ¿qué es el CO2 y cuánto es el salario mínimo?

Nuestros ilustres próceres, los conductores de nuestra vida y nuestro futuro, no tenían ni puñetera idea de ninguna de las dos. También preguntaron donde estaba Lesotho o cual era la capital Autonómica del País Vasco. Al igual que en las preguntas anteriores, ni pajolera idea.
¿En qué mundo viven? ¿A qué dedican el tiempo libre?, ¿Por qué enrollarse para no decir nada?, ¿Por qué no reconocer su ignorancia? ¿Para qué queremos esta caterva de inútiles?
¿Para decir tonterías y gracietas como algún paisano experto en economías entrevistado?
Vergüenza, me da vergüenza tener los políticos que tenemos. Y si los nacionales son los buenos, no quiero ni pensar cómo serán los de segunda o tercera división. Lo curioso y lo más jodido es que conozco multitud de personas que sienten la política como algo más que una manera de vivir, la sienten como servicio público por y para el pueblo y están, peleando día a día para hacer de la política algo realmente útil, pero ahí están, fuera de los ámbitos de decisión, condenados por los vividores de la política, por aquellos que tienen hasta miedo de dejarlo porque son tan mediocres que ni a su antiguo trabajo pueden volver, no por nada, es sencillamente porque olvidaron como se hace eso de trabajar y piensan ellos que debe ser algo muy cansino.

Paso por lo de Lesotho, ¿A quién le importa que sea uno de los países con mayor prevalencia de SIDA del mundo? Entiendo lo de Vitoria, somos 17 CC.AA. y las Capitales Autonómicas pues como que no coinciden con las ciudades más importantes en muchos casos, lo del CO2, dióxido de carbono ya me cuesta más trabajo, aunque sólo sea por la información ingente que sobre el ciclo del carbono y su efecto en la atmósfera nos bombardea a diario. Pero por lo de desconocer cual es el salario mínimo, eso, viniendo de un político, es que no lo entiendo, los teníamos que tener 6 meses cobrándolo para que así lo aprendiesen bien. En lo único en que todos coincidían era en que es muy bajo. Pues subirlo, leches, el problema está ahí. Ellos cobran mucho más, muchísimo más que el Salario base y se creen, que todo el monte es orégano, alguno incluso llegó a decir que ningún español lo cobra, que todos cobran más. A ese le dejaba con una pensión asistencial de las que cobran miles de españolitos, a ver si aprendía. Mientras tengamos políticos como los que tenemos, mal vamos, muy mal.
La única forma racional que veo para cambiar esto es que el personal se involucre, que participe en la vida política, que milite y elija buenos gestores, no la panda de impresentables que ahora tenemos, de uno y otro color, aquí no se hacen distinciones.
¡¡¡Panda inútiles!!!.